Al igual que cualquier otro mensajero, WhatsApp fue desarrollado para ser utilizado en casos en los que la seguridad de los datos del usuario es una prioridad. Hoy en día, se pueden utilizar muchas herramientas para hackear una cuenta de WhatsApp, y pueden abordar esta tarea con diferentes grados de éxito. Además, cada una de estas herramientas requiere un nivel diferente de formación del usuario y está diseñada para un presupuesto diferente. La principal dificultad es que los programas espía más comunes y asequibles deben instalarse en el dispositivo de la víctima. Si el dispositivo de la víctima se gestiona en iOS, Jailbreak es una necesidad absoluta. En general, el proceso será costoso, largo y no siempre eficaz. Si pierde muchas horas configurando y ejecutando el software, es posible que descubra que carece de algunas de las funciones indicadas. O incluso puede que tu objetivo detecte una sesión de monitorización e identifique la fuente de rastreo.